lunes, 16 de noviembre de 2015

Monasterio de Santa María de la Rábida y el muelle de las carabelas.

En el lugar que visitamos hoy, viviremos una auténtica aventura, que nos llevará a los tiempos en que el afán de descubrimiento de los hombres los llevó hasta un  nuevo mundo. 

                El monasterio Santa María de la Rábida se alza en la orilla izquierda del estuario del rio Tinto, en el término municipal de la población onubense de Palos de la Frontera, formando parte importante de  la historia del descubrimiento de América.


                Aunque la existencia de  este monasterio se hizo notoria por su papel en el descubrimiento, su historia comenzó muchos años antes, tanto que algunas leyendas lo sitúan en tiempos de los fenicios. Cuentan estas leyendas que en este lugar existió un altar dedicado a su dios Baal. Más tarde los romanos veneraron en este mismo lugar a su diosa Proserpina. Al llegar el dominio musulmán, los árabes levantaron aquí un pequeño monasterio de monjes caballeros, siendo de esta época de la que procede su nombre, ya que “La Rábida” deriva del término “Ribat” que significa guarnición defendida por monjes guerreros. Cuenta la tradición  que en el siglo XIII, tras la conquista cristiana quedó en manos de los Templarios y fue el propio San Francisco de Asís, junto con doce de sus discípulos,  quien fundó aquí un pequeño monasterio franciscano.

                En 1485 llega por primera vez Colón a este monasterio, encontrando en él refugio e interés para la empresa que se proponía realizar. Fue en la sala capitular de este monasterio donde  Colón se reúne con el padre Marchena, y tras largas discusiones consiguió la ayuda de estos monjes franciscanos. Gracias a ellos, fue posible  el apoyo de la corona y de un rico armador de la zona,  Martín Alonso Pinzón. Pero no quedó aquí la relación de este monasterio con el descubrimiento ya que en 1528 a él llegaron Hernán Cortes y Francisco Pizarro. Además de este cenobio partieron religiosos como fray Juan de Palos y fray Juan Izquierdo que tuvieron especial relevancia en la evangelización de América.

                Dejando a un lado su historia, el monasterio de la Rábida es de estilo Gótico-mudéjar que aún conserva en líneas generales su conjunto arquitectónico del siglo XV. De él podemos  destacar su iglesia, de pequeñas dimensiones y  una sola nave cubierta con un bello artesonado de influencia mudéjar. En las paredes de esta iglesia encontramos pinturas al fresco del siglo XVIII que narran la vida de San Francisco. Encontramos también  un bello claustro mudéjar del siglo XV, en cuyas  galerías bajas aún perduran  algunos restos de sus  pinturas del siglo XV. En el siglo XVII se levantó un cuerpo superior en este claustro. No podemos olvidar una de las dependencias más importantes de este monasterio, la sala capitular. Donde transcurrieron las largas reuniones entre Colón y el padre Marchena.  Es esta sala de planta rectangular, amplia y de aspecto sencillo, cubierta con un estupendo artesonado que data del siglo XVIII.


                Muy cerca de este monasterio encontramos el llamado Muelle de las Carabelas, donde se encuentran amarradas tres réplicas exactas de las carabelas que en 1492 partieron hacia el nuevo mundo,  La pinta, la Niña y la Santamaría.

                  En este vídeo elaborado por Disfruta Huelva podemos apreciar la belleza de este histórico rincón de Andalucía 



                  Para no perdernos en el camino lo mejor es utilizar este enlace que te llevará directamente al Monasterio de Santa María de la Rábida.



        En esta zona de la costa de Huelva el clima suele ser benigno, pero antes de partir siempre es aconsejable comprobar la información meteorológica


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