sábado, 20 de mayo de 2017

Hervás, Cáceres.


Lo primero que nos atrae de Hervás es su enclave natural, en el corazón del valle de Ambróz en el que sus tres ríos Santihervás, Gallego y Ambroz se abren paso a través de árboles y rocas, dando lugar a un paraje cuya extraordinaria belleza, ha sido merecedora de estar incluida dentro de la Red Natura 2000.
Si con su entorno natural consiguió enamorarme, la riqueza monumental y la historia de Hervás, me dejaron rendida a sus encantos para siempre. 

Según nos cuenta la tradición, el origen de esta villa hay que buscarlo a finales del siglo XII, cuando los caballeros de la orden del tempple construyeron, en un paraje cercano al rio Santihervás, una pequeña ermita dedicada a San Protasio y a San Gervásio que, como es habitual entre las construcciones templarias también fue conocida como ermita de la Magdalena. No se ha conservado esta ermita hasta nuestros días, pero sí alguno de sus fustes historiados, que los podemos ver en los soportales de las casas cercanas al ayuntamiento. Hervás fue parte de la dote que recibió la Doña Violante al casarse con Alfonso X, que lo constituyó en señorío, hasta que en 1396 pasó a pertenecer al Ducado de Bejar. Las persecuciones antisemitas obligaron a muchos judíos a desplazarse desde las ciudades a lugares poco poblados, fue entonces cuando los Zúñiga, duques de Béjar, facilitaron el asentamiento en Hervás de una importante comunidad judía. Más de una cuarentena de importantes familias judías, de apellidos tan notables como los Cohen, Levi o Calderón encontraron en Hervás un lugar seguro donde ejercer sus oficios. Esta comunidad judía dio lugar a una de las juderías más bellas y mejor conservadas de Extremadura, con un trazado abigarrado de calles estrechas y pequeñas plazas que conservan elementos tradicionales de la arquitectura serrana, en la que la madera del castaño se hace protagonista en puertas, balcones y los entramados de adobe de sus casas. Tras el decreto de expulsión de los Reyes Católicos, muchas de las familias judías de Hervás marcharon hacia Portugal, y las pocas que permanecieron fueron obligadas a convertirse al cristianismo. Aún persiste una asociación que recuerda a estos conversos en Hervás, que organiza la representación de una obra de teatro que narra la leyenda de Hervás de la “forma profanada”, que llevó a la muerte en la hoguera de alguno de estos conversos. Esta asociación también cuida de mantener el legado de la repostería Sefardí.

El conjunto monumental que encontramos en Hervás va mucho más allá de su barrio judío. En el centro de la población, sobre una colina existió una construcción defensiva de la que conserva un arco y el primer cuerpo de una torre, que hoy queda integrado en la estructura de la Iglesia de Santa María de las Aguas Vivas, construida sobre el antiguo bastión defensivo. Otras construcciones destacables son el convento trinitario de san Juan Bautista y la casa de los Dávila, construcciones que iremos descubriendo al recorrer las calles de Hervás, declaradas Conjunto Histórico Artístico.




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INFORMACIÓN DE UTILIDAD

Oficina de Turismo de Hervás
Braulio Navas, 6
10700 Hervás (Cáceres)
Tfno: 927 473 618






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