En la provincia de Burgos, en pleno Valle de Valdivieso a las afueras de Puente Arenas encontramos la sencilla belleza románica de la Iglesia de San Pedro de Tejada.
Hoy solo conservamos el templo, pero San Pedro de Tejada formó parte de un importante monasterio creado en la primera mitad del siglo IX para favorecer la repoblación de un incipiente Reino de Castilla. Corría el año 1011 cuando Sancho García fundó San Salvador de Oña, dado que algunos de los religiosos y religiosas que formaron la primera comunidad de Oña procedían San Pedro de Tejada, este formo parte de la dotación inicial de la nueva fundación. Pasó a ser desde ese momento un priorato dependiente de la abadía de Oña, que en la primera mitad del siglo XI construyó la iglesia que aún podemos contemplar. Durante siglos se mantuvo esta dependencia, al menos hasta finales del siglo XVII, quedando constancia que en 1673 el abad de Oña, antes fue prior de San Pedro de Tejada. Con la desamortización de Mendizábal, pasa a ser propiedad de la familia Huidobro, que hasta donde yo sé siguen siendo sus propietarios.
Puedo decir, sin temor a equivocarme, que San Pedro de Tejada es una de las construcciones románicas de Burgos, más completas y sugerentes, sorprendiéndonos por la esbeltez y ligereza de sus formas. Además de su torre, que se levanta airosa desde el primer tramo de la nave, destaca la altura del propio cuerpo de la iglesia, dando un aspecto liviano y grácil a toda la construcción.
Todo en San Pedro, emana el más puro estilo románico, los sillares perfectamente tallados, la nave única de tres tramos, el ábside semicircular, la portada a los pies del templo y lo mejor su decoración. El programa escultórico de San Pedro de Tejada, integrado perfectamente en la arquitectura, trasmite perfección, maestría y tanta belleza que aturde. Podríamos pasar horas describiendo las escenas y figuras que encontramos en canecillos y capiteles, dado su inmenso repertorio, que pasa desde la decoración vegetal, hasta los que nos describen historias. Como la de un sacerdote que le da la Extremaunción a un moribundo bajo la mirada de dos leones, pasando animales reales y mitológicos, diablillos cornudos, personajes bíblicos del nuevo y el antiguo testamento, monjes, músicos y hasta una pareja de exhibicionistas que levantan sus ropas enseñando sus sexos. Todo cabe en las piedras de esta excepcional iglesia, visita obligada para todo amante del románico.
Información adicional:
* Enlaces relacionados:
* Vídeos
* Cómo llegar:
* El tiempo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Has viajado a este lugar o piensas hacerlo en breve?
Cuéntanos tu experiencia.