El trazado urbano de esta villa ha conservado la configuración medieval característica de los señoríos, en los que su castillo a la vez que defendía a la población de los enemigos, se erguía altivo como símbolo de la dominación que ejercía el señor de la Villa.
El Castillo de Ampudia fue construido entre los años 1461 y 1488 por Don Garcia López de Ayala, Señor de Ayala y Salvatierra hijo del primer titular del Mayorazgo de Ampudia. Como todos los Castillos el de Ampudia ha tenido un pasado envuelto en conflictos de armas. Así en 1521 junto con su dueño el Conde de Salvatierra, tomo partido por el bando comunero, siendo primero tomado por los realistas, defensores de Carlos I. Pero posteriormente los comuneros al mando de Padilla y el obispo Acuña consiguen reconquistar la fortaleza. La aventura comunera de este castillo termino en 1522 con su derrota, y fue confiscado por el rey Carlos I quien prometió no devolverlo nunca a Don Pedro de Ayala ni a sus sucesores. Pero claro, las promesas de los políticos de entonces eran tan efímeras como las de ahora y para cambiarlas solo había que fijar un precio adecuado. En el caso del Castillo de Ampudia fue de veinte mil ducados y con su pago el castillo volvió a manos del hijo del conde rebelde.
En 1597 Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, Duque de Lerma se hizo Señor de Ampudia y por tanto propietario de su Castillo. Fueron estos unos buenos años para el Castillo de Ampudia, que alojó en varias ocasiones al Rey Felipe III, del que era favorito el duque de Lerma, y este castillo se convirtió en sede de la Corte en tan solemnes ocasiones. Tras este periodo de esplendor el castillo entra en otro de abandono y olvido. No obstante fue declarado Monumento Historico-Artístico Nacional en 1931. Pero fue en 1960 cuando cambió la suerte del Castillo de Ampudia al ser adquirido por Eugenio Fontaneda, ¿os suena el apellido verdad? Si el de las galletas fontaneda. Después de la cuidadosa restauración a que fue sometido por este empresario, el castillo de Ampudia vuelve a alzarse altivo y bello. Presentando un aspecto magnífico, tal como fue, un espléndido castillo-palacio señorial castellano; una joya de la arquitectura civil y militar de la zona.
Presenta este castillo una planta trapezoidal con torreones en sus ángulos. De estas torres la más alta y fuerte situada en el suroeste es la del homenaje. Sus elementos defensivos son un muro barbacana reforzado por torres cilíndricas y su foso que es salvado mediante un puente levadizo. En su puerta principal nos da la bienvenida el escudo de Armas del duque de Lerma que nos da acceso a su pequeño y coqueto patio de armas, con tres pandas porticas de tres pisos. En sus dependencias podemos ver la interesante Colección Eugenio Fontaneda compuesta por útiles de guerra, estelas funerarias, tallas románicas y góticas, juguetes, elementos de farmacia y un sin fin de curiosos objetos de arte y antigüedades.
Para visitarlo recordar que salvo los Sábados, hay que concertar la visita con antelación por teléfono. Después de visitar su castillo podréis pasear por sus calles y soportales ejemplo de arquitectura tradicional castellana que le han valido su declaración como conjunto Histórico Artístico de interés nacional.
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