domingo, 23 de octubre de 2016

Castillo de Butrón, Vizcaya



No muy lejos de Bilbao, en el término municipal de Gátika, entre un compacto bosque de robles se sitúa un castillo señorial que parece sacado de una película de Walt Disney.La primera vez que lo vi me recordó a aquellos, que en mi niñez construía con las piezas de un conocido juego de montaje. La historia de este castillo, de cuento de hadas, se remonta al siglo XI cuando el linaje de los Butrón construyó aquí su casa torre, aunque su aspecto actual responde a la profunda remodelación, que en el siglo XIX efectuó el Marqués de Cubas. Entre la fecha de su primera construcción hasta la de su completa transformación en el edificio que hoy podemos ver, han transcurrido muchos siglos durante los cuales ha sido mucha la historia que han conocido las piedras del Castillo de Butrón. 

Unos siglos después de la construcción de la primitiva casa-torre, se transforma en una inexpugnable fortaleza, donde ondeaba el pendón de los Butrones, temibles y pendencieros caudillos de esta comarca. En torno a este baluarte se fue forjando la historia de Bizkaia sobre las continuas luchas entre las familias de la nobleza agrupadas en dos bandos, los Gamboinos y los Oñacinos. Durante el siglo XV se convirtió en residencia de nobles, pero a principios del siglo siguiente queda abandonado deteriorándose poco a poco hasta quedar reducido a unas pocas ruinas. Ya en el siglo XIX, el Marqués de Torrecilla además de ser el propietario de los despojos de lo que había sido la temible fortaleza de Butrón, poseía unos caseríos en Bizkaia, cuyas rentas decidió invertir en la reconstrucción de su castillo. Encomendó el diseño de su nuevo castillo al Marqués de Cuba, que inspirándose en el exótico estilo de los castillos de Baviera, diseñó esta fantástica construcción mezcla de formas góticas, repletas de almenas, cubos y ventanas de volúmenes imposibles. 

El Castillo de Butrón constituye una de las fortalezas más destacadas de Bizkaia, despertando la admiración de todo aquel que contempla su impactante figura. Es una preciosa construcción realizada en piedra labrada, repleta de detalles decorativos que dotan al conjunto de una exquisita belleza, en la que se aúna la robustez de sus muros con la delicadeza de sus matices decorativos, chapiteles, garitones y almenas. En su exterior destacan sus dos recios cubos circulares y elevándose por encima del resto del edificio la torre del homenaje que es quizás la parte más joven del edificio ya que data del siglo XIX. Su interior fue adaptado como establecimiento hotelero, en el que se celebraban espectáculos con ambientación medieval, pero tras ser embargado fue sacado a subasta. En la actualidad creo que aún sigue en venta, así que si queréis invertir en arte e historia aquí tenéis una buena oportunidad, sino os tendréis que conformar como yo, con hacerle una visita. 


Aunque actualmente esta cerrado para las visitas, no siempre fue así, podéis haceros una idea de todo el encanto que guarda en su interior con las imágenes de este vídeo:



Pero hasta que vuelva a estar abierto al público solo podremos disfrutar de esta belleza por fuera, hoy os propongo verlo de con una perspectiva distinta, ¿quieres verlo a vista de pájaro? aquí lo tienes


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