domingo, 4 de junio de 2017

Salobreña, Granada



El trazado de sus calles empinadas, estrechas y abigarradas nos desvela el pasado árabe de Salobreña,
aunque su origen es muy anterior, remontándose más de mil años antes de nuestra era, cuando los fenicios fundan la antigua “Selambina”. La estratégica situación de esta villa, la hizo que fuera codiciada por las distintas culturas que llegaron a la península, así fue conquistada primero por cartagineses, más tarde por romanos y musulmanes, hasta que en 1489, las tropas de Francisco Ramírez de Madrid la hacen definitivamente cristiana. Los más de siete siglos que Salobreña permaneció bajo el poder musulmán, dejaron una profunda huella en esta bella localidad costera. Esta cultura fue la encargada de otorgar a Salobreña su característica configuración urbana, de empinadas calles que ascienden hasta llegar al castillo. Esta gran fortaleza, además de su función militar, fue utilizada como palacio nazarí, donde albergar a los miembros de la familia real que, digámoslo de una forma sutil, convenía mantener alejados del poder de la Alhambra. Ya en manos cristianas el castillo vuelve a tener importancia militar. Participó también en la guerra de la independencia, formando parte de las partidas de la costa que lucharon contra las tropas francesas. En el pasado siglo XX, se decide derribar las antiguas murallas para aumentar el perímetro de la villa lo que permitiría alojar a los trabajadores de la industria azucarera asentada en Salobreña. 

Además del castillo, es obligada también la visita de su Museo Histórico, donde descubrir las raíces históricas de este maravilloso pueblo andaluz. Pero lo verdaderamente maravilloso de Salobreña es pasear por sus barrios, de la Villa, el Albaycin y el Brocal, descubriendo los preciosos rincones con sabor típicamente andaluz, de fachadas blancas rebosantes de macetas de flores que dan luz, color y alegría a nuestro paseo. Desde muchos de estos rincones tenemos unas fabulosas vistas al mar, una de las más hermosas las tenemos desde una plaza que acertadamente han llamado del mirador. Desde aquí podemos ver no solo las bonitas playas de Salobreña, sino también parte de las de Almuñécar y Motril. Llegado este punto, ya sólo me queda hacer una cosa en Salobreña, que es bajar hasta una de sus encantadoras playas a disfrutar de la brisa, del rumor de las olas y de un refrescante baño en las aguas del mediterráneo.



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INFORMACIÓN DE UTILIDAD

Oficina de Información Turística Salobreña
Plza de Goya
18680 Salobreña (Granada)
Tfno: 958 61 03 14

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