La isla de Tabarca más que una isla es un pequeño archipiélago, en él que encontramos además de Tabarca, tres pequeños islotes conocidos como La Cantera, La Galera y La Nao.
A pesar de que el barco no es mi medio de transporte favorito, no tuve más remedio que subirme a uno de ellos, pues solo a través del mar podemos llegar hasta ella, pero el viaje merece la pena, pues Tabarca es un lugar que enseguida te atrapa con su belleza, con sus aguas cristalinas y con su historia en la que la piratería juega un importante papel. Todo hace pensar que esta pequeña isla estuvo habitada en tiempos de los romanos, pues han aparecido restos de esta época y sus aguas esconden numerosos pecios con ánforas. Pronto se planteó la necesidad de fortificar la isla para defenderla de la piratería, siendo en el siglo XV cuando se propone organizar un sistema defensivo, con objeto de impedir que se establecieran en ella corsarios berberiscos procedentes de Argel. Uno de los capítulos más interesantes de la historia de esta isla dio origen a su nombre, sucedió cuando después de rescatar a los habitantes de la isla Tunecina de Tabarqah de la esclavitud a la que estaban sometidos, estos fueron instalados provisionalmente en el colegio de la Compañía de Jesús de Alicante, hasta que el Conde de Aranda consiguió que fueran trasladados hasta la Isla de Santa Pola, que a partir de entonces se llamó Tabarca, en honor a sus nuevos habitantes que podrían seguir manteniendo su anterior forma de vida en esta pequeña isla. Para albergar a estas familias se construyeron casas, murallas, baterías, baluartes y almacenes subterráneos para su defensa, hasta un edificio que albergaría el ayuntamiento y al gobernador. Estos rincones arquitectónicos fueron declarados Patrimonio Histórico Artístico en el año 1964, hoy en nuestra visita a la isla podemos disfrutar de la sencillez de construcciones como la iglesia de San Pedro y San Pablo, la torre de San José, la casa del Gobernador y su faro que llego a convertirse en escuela de fareros. Pero sin duda alguna el principal atractivo de la isla de Tabarca es su costa, formada por pequeños acantilados, calas de cantos rodados, una única playa de arena, y por supuesto sus aguas cristalinas pobladas por una espectacular fauna y flora marinas, que constituyen un verdadero paraíso paro los amantes del buceo. Las bellotas no gustamos demasiado de sumergirnos bajo el agua, así que para terminar la visita a esta hermosa isla, me deje seducir por una de sus tranquilas terrazas donde disfrutar del increíble sabor de un plato que por aquí llaman caldero, mientras contemplo el atardecer al arrullo de las olas.
A pesar de que el barco no es mi medio de transporte favorito, no tuve más remedio que subirme a uno de ellos, pues solo a través del mar podemos llegar hasta ella, pero el viaje merece la pena, pues Tabarca es un lugar que enseguida te atrapa con su belleza, con sus aguas cristalinas y con su historia en la que la piratería juega un importante papel. Todo hace pensar que esta pequeña isla estuvo habitada en tiempos de los romanos, pues han aparecido restos de esta época y sus aguas esconden numerosos pecios con ánforas. Pronto se planteó la necesidad de fortificar la isla para defenderla de la piratería, siendo en el siglo XV cuando se propone organizar un sistema defensivo, con objeto de impedir que se establecieran en ella corsarios berberiscos procedentes de Argel. Uno de los capítulos más interesantes de la historia de esta isla dio origen a su nombre, sucedió cuando después de rescatar a los habitantes de la isla Tunecina de Tabarqah de la esclavitud a la que estaban sometidos, estos fueron instalados provisionalmente en el colegio de la Compañía de Jesús de Alicante, hasta que el Conde de Aranda consiguió que fueran trasladados hasta la Isla de Santa Pola, que a partir de entonces se llamó Tabarca, en honor a sus nuevos habitantes que podrían seguir manteniendo su anterior forma de vida en esta pequeña isla. Para albergar a estas familias se construyeron casas, murallas, baterías, baluartes y almacenes subterráneos para su defensa, hasta un edificio que albergaría el ayuntamiento y al gobernador. Estos rincones arquitectónicos fueron declarados Patrimonio Histórico Artístico en el año 1964, hoy en nuestra visita a la isla podemos disfrutar de la sencillez de construcciones como la iglesia de San Pedro y San Pablo, la torre de San José, la casa del Gobernador y su faro que llego a convertirse en escuela de fareros. Pero sin duda alguna el principal atractivo de la isla de Tabarca es su costa, formada por pequeños acantilados, calas de cantos rodados, una única playa de arena, y por supuesto sus aguas cristalinas pobladas por una espectacular fauna y flora marinas, que constituyen un verdadero paraíso paro los amantes del buceo. Las bellotas no gustamos demasiado de sumergirnos bajo el agua, así que para terminar la visita a esta hermosa isla, me deje seducir por una de sus tranquilas terrazas donde disfrutar del increíble sabor de un plato que por aquí llaman caldero, mientras contemplo el atardecer al arrullo de las olas.
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INFORMACIÓN DE UTILIDAD
Cómo llegar a Tabarca desde Alicante
El trayecto en barco a la isla de Tabarca se puede realizar cómodamente desde Alicante, Marina deportiva. Paseo Tomás y Valiente Tiempo aproximado de la travesía: 1 h
Horarios:
Alicante- Tabarca
De Lunes a domingo
10.00h
11.00h
12.15h
13.15h
Tabarca-Alicante
De lunes a domingo
16.30h
17.30h
18.30h
Tarifas ( ida y vuelta)
Adultos: 19 euros
Niños a partir de 5 años: 19 euros
De 0 a 4 años: gratis
Excursiones en Catamarán desde Alicante
Magic Excursiones
Puerto de Alicante, Paseo Marítimo s/n 03002 Alicante
(junto a Plaza Canalejas)
Tel: (+34)966 423 066
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