Este palacio tiene su origen en una antigua masía del siglo XVII que fue adquirida por el conde Eusebi Güell en 1862. Surgió la necesidad de construir en Barcelona, una residencia fija donde albergar a los reyes en sus visitas a la ciudad.
Fue entonces, en 1918, cuando el conde Güell donó parte de esta finca como agradecimiento a su nombramiento nobiliario, para la construcción del palacio. Bajo el proyecto del arquitecto Eusebi Bona, en 1922 ya estaban construidas las dos primeras plantas del edificio, aunque el ritmo lento de las obras motivó la dimisión de este arquitecto. Güell, verdadero impulsor de la construcción de este palacio, eligió como sustituto al arquitecto barcelonés Francesc de P. Nebot, quien construyo tres fuentes luminosas en el jardín, la hermosa plaza que da acceso al palacio, las bellas balaustradas de mármol, la fachada y todas las dependencias interiores, incluyendo las lujosas habitaciones de los reyes e infantas. Quedando totalmente rematado para alojar a los reyes el
Fue entonces, en 1918, cuando el conde Güell donó parte de esta finca como agradecimiento a su nombramiento nobiliario, para la construcción del palacio. Bajo el proyecto del arquitecto Eusebi Bona, en 1922 ya estaban construidas las dos primeras plantas del edificio, aunque el ritmo lento de las obras motivó la dimisión de este arquitecto. Güell, verdadero impulsor de la construcción de este palacio, eligió como sustituto al arquitecto barcelonés Francesc de P. Nebot, quien construyo tres fuentes luminosas en el jardín, la hermosa plaza que da acceso al palacio, las bellas balaustradas de mármol, la fachada y todas las dependencias interiores, incluyendo las lujosas habitaciones de los reyes e infantas. Quedando totalmente rematado para alojar a los reyes el
26 de mayo de 1924. Tanto impresionó el encanto de este palacio a los reyes, que concedieron el título de gentilhombre a su arquitecto, el señor Nebot.
Tan bello como el propio palacio, son los jardines que lo rodean, a los que se accede a través de un amplio portalón con columnas de obra y remate de bola. Destila este esplendido jardín un suave aroma romántico, que nos invita a pasear envueltos en este bucólico ambiente de flores, pérgolas, fuentes y bellas estatuas de mármol. Una vez atravesado este jardín se configura una plaza, en cuyo centro, aparece un estanque y presidiendo la entrada principal, la figura de Isabel II que nos muestra orgullosa a su hijo Alfonso XII.
El interior de este Palacio, se muestra verdaderamente digno de reyes, todo en él emana lujo y suntuosidad. Sus enormes y amplias escalinatas, las bellas lámparas de los mejores cristales que iluminan los amplios espacios de sus estancias, cuadros, muebles, sedas y tapices, todo nos habla de que estamos en una residencia real, pensada no solo para albergar a los monarcas sino también para impresionar a las autoridades que los visitaran.
Hace ya algún tiempo que visité este palacio, y en él se albergaban los museos de Cerámica, de Artes Decorativas y el Museo Textil, estando previsto que albergara la sede de la Unión para el Mediterráneo, por lo que no estoy segura de si en la actualidad se puede visitar o no.
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INFORMACIÓN DE UTILIDAD
Horario
Martes a domingo de 10h a 18h.
Precios
General: 5€
Gratuito el primer domingo de cada mes y los domingos por la tarde
Contacto
Palacio Real de Pedralbes
Avd. Diagonal 686
08034 Barcelona
Tfno: 93 256 34 65
Email: dhub@bcn.cat
Como llegar
El Tiempo
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