
Iznajar, rodeada de una inmensa masa de agua, tan grande que podemos decir que constituye un verdadero mar en el interior de Andalucía. Sobre una loma que parece una isla que emerge de las aguas del embalse de Iznajar, se asienta el caserío de la villa presidido, desde lo más alto, por la altiva figura de su castillo y de la iglesia de Santiago.