Una de las atracciones turísticas más conocidas de la isla de Mallorca, son precisamente las cuevas del Drach, siendo muy pocos los que se marchan de ella sin antes haberles hecho una visita.
Situadas dentro del término municipal de Manacor, famoso por sus perlas, estas cuevas eran ya conocidas durante la edad media, de hecho se tiene constancia escrita de ellas desde que fueron mencionadas en un mensaje que el gobernador de la isla, Rover Rovenach envió al alcalde de Manacor en 1338. El nombre por el que son conocidas en la actualidad, “cuevas del Drach” no aparece mencionado hasta 1632, cuando Dameto lo incluye en el libro “Historia del Reino de Mallorca”. También serían mencionadas por el famoso Julio Verne en su libro “Clovis Dartetor”, pero no sólo historiadores y escritores se sintieron atraídos por estas cuevas, también lo hicieron cartógrafos y espeleólogos como M.F.Will, que fue el primero en dibujar un mapa de ellas y Martel que descubrió el gran lago subterráneo que las cruza y que lleva su nombre. A comienzos del pasado siglo XX, pensaron que todos deberían poder disfrutar de la belleza de las cuevas del Drach y se decidió acondicionarlas para la visita turística, así que poniéndose manos a la obra, se trazaron caminos, se construyeron escaleras, se realizó una compleja instalación de iluminación eléctrica y se abrió un nuevo acceso a la cueva. Gracias a estas obras hoy podemos disfrutar de toda la belleza de esta impresionante obra natural, en una cómoda visita a lo largo de sus mil doscientos metros, en los que observaremos formaciones arborescentes, lienzos, estalactitas que cuelgan del techo, estalagmitas que nacen del suelo y que a veces gota a gota han ido creciendo hasta unirse en enormes columnas. Contemplar esta impresionante maravilla natural, me hizo pensar en lo efímero de nuestra vida, pues según nuestro guía, estas formaciones tienen un crecimiento medio de un centímetro cada cien años, no hay que hacer muchos cálculos para darnos cuenta de que no han sido cientos, sino miles de años, los que ha tardado la naturaleza en realizar tan impresionante obra. Estaba en estos pensamientos cuando comencé a escuchar música, una música que parecía salir de las mismas entrañas de la tierra, quizás fueran las luces, pero creí ver como amanecía dentro de la cueva, hasta pude ver el sol reflejado en las aguas del lago, aguas que no tardé en surcar a bordo de una pequeña barca que me conduciría hasta la salida.
Situadas dentro del término municipal de Manacor, famoso por sus perlas, estas cuevas eran ya conocidas durante la edad media, de hecho se tiene constancia escrita de ellas desde que fueron mencionadas en un mensaje que el gobernador de la isla, Rover Rovenach envió al alcalde de Manacor en 1338. El nombre por el que son conocidas en la actualidad, “cuevas del Drach” no aparece mencionado hasta 1632, cuando Dameto lo incluye en el libro “Historia del Reino de Mallorca”. También serían mencionadas por el famoso Julio Verne en su libro “Clovis Dartetor”, pero no sólo historiadores y escritores se sintieron atraídos por estas cuevas, también lo hicieron cartógrafos y espeleólogos como M.F.Will, que fue el primero en dibujar un mapa de ellas y Martel que descubrió el gran lago subterráneo que las cruza y que lleva su nombre. A comienzos del pasado siglo XX, pensaron que todos deberían poder disfrutar de la belleza de las cuevas del Drach y se decidió acondicionarlas para la visita turística, así que poniéndose manos a la obra, se trazaron caminos, se construyeron escaleras, se realizó una compleja instalación de iluminación eléctrica y se abrió un nuevo acceso a la cueva. Gracias a estas obras hoy podemos disfrutar de toda la belleza de esta impresionante obra natural, en una cómoda visita a lo largo de sus mil doscientos metros, en los que observaremos formaciones arborescentes, lienzos, estalactitas que cuelgan del techo, estalagmitas que nacen del suelo y que a veces gota a gota han ido creciendo hasta unirse en enormes columnas. Contemplar esta impresionante maravilla natural, me hizo pensar en lo efímero de nuestra vida, pues según nuestro guía, estas formaciones tienen un crecimiento medio de un centímetro cada cien años, no hay que hacer muchos cálculos para darnos cuenta de que no han sido cientos, sino miles de años, los que ha tardado la naturaleza en realizar tan impresionante obra. Estaba en estos pensamientos cuando comencé a escuchar música, una música que parecía salir de las mismas entrañas de la tierra, quizás fueran las luces, pero creí ver como amanecía dentro de la cueva, hasta pude ver el sol reflejado en las aguas del lago, aguas que no tardé en surcar a bordo de una pequeña barca que me conduciría hasta la salida.
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INFORMACIÓN DE UTILIDAD
Horarios
Del 1 de noviembre al 12 de marzo: 10:45 h, 12:00 h, 14:00 h y 15:30 h.
Del 13 de marzo al 31 de octubre: 10:00 h, 11:00 h, 12:00 h, 14:00 h, 15:00 h, 16:00 h y 17:00 h.
Normalmente en temporada alta, en las visitas de las 10, 16 y 17 horas y los fines de semana, suele haber una menor afluencia de visitantes.
Precios
Adultos: 15,00 €
Niños de 3 a 12 años: 8,00 €
Contacto
Cuevas del Drach
Ctra cuevas s/n
07680 Porto Cristo (Islas Baleares)
Tfno 971 820 753
Email: info@cuevasdeldrach.com
Como llegar
El tiempo
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