Los Viajes de Bevi, la Bellota Viajera: Ares del Maestre, Castellón

domingo, 28 de mayo de 2017

Ares del Maestre, Castellón

Desde la lejanía me pareció que Ares del Mestre estaba defendida por los muros inexpugnables de una fortaleza construida por titanes, pero al acercarme descubrí que en realidad eran las paredes, casi verticales de una muela de piedra, sobre la cual se alzan los restos de un antiguo castillo templario.

La parte más alta de esta formación rocosa, alcanza los 1195 metros de altura sobre el nivel del mar, que convierten a Ares del Maestre en la segunda población más alta de la comunidad Valenciana. Es precisamente esta roca, elevada en paredes verticales sobre el municipio, la que confiere una identidad propia e inconfundible a la imagen de Ares del Maestre. Viendo la situación de esta villa, pude imaginar que para los primeros humanos, sería un lugar codiciado para sus primeros asentamientos, y no estaba equivocada, pues pronto en mi recorrido encontré señalizaciones, que conducían a la Cueva Remigia, decorada con pinturas rupestres. Varios vecinos me dijeron, que en lo más alto de la muela, en los alrededores del castillo, se encontraron restos íberos, pero que los fundadores de la villa y los encargados de construir su primera fortaleza fueron los romanos. Más tarde en ella se instalaron los musulmanes y una vez los cristianos se hicieron definitivamente con la villa y su fortaleza, la entregaron a la Orden de los caballeros del Temple. Puede que sea una apreciación mía, pero desde que llegue a Ares del Maestre, sentí ese halo de misterio y magia que envuelve los lugares que una vez estuvieron bajo el poder de esta orden, quizás sólo sea la apreciación de una vieja Bellota que ha viajado demasiado. Sea como fuera, la caída en desgracia de la orden del temple hizo que sus posesiones en Ares del Maestre fueran entregadas a la Orden Montesa.

Las calles de esta villa aún conservan su trazado medieval, alineadas en altura para adaptarse al abrupto relieve de su ladera y dominadas por la omnipresente figura de su fortaleza natural. En su viejo caserío aun distinguimos los sillares de piedra con los que están construidos, a pesar de que en muchos casos estén encalados, sus portadas en arcos de medio punto y sus balcones con rejas de forja completan un conjunto que ha sido declarado bien de interés cultural. En Ares podemos encontrar dos plazas, en torno a las cuales se van articulando sus calles. Una es la plaza de la Iglesia, donde encontramos a un lado, la parroquia de la Asunción, templo barroco del siglo XVIII que aún conserva su vieja torre campanario del siglo XIII, y al otro lado el Ayuntamiento, a través del cual llegamos a la Plaza Mayor en la que destaca la figura del rey Jaime I, quién otorgó la primera carta puebla de la villa. Muchos más son los encantos que descubriremos en nuestro paseo por Ares, los restos del castillo templario, la torre Beltrans y a los que gustamos del senderismo nos ofrece la posibilidad de disfrutar de un maravilloso paisaje y descubrir el Barranco dels Molins donde aprender como en los siglos XVII y XVIII eran capaces de aprovechar la energía del agua.