Los Viajes de Bevi, la Bellota Viajera: Iznajar, Córdoba

domingo, 25 de junio de 2017

Iznajar, Córdoba

Iznajar, rodeada de una inmensa masa de agua, tan grande que podemos decir que constituye un verdadero mar en el interior de Andalucía. Sobre una loma que parece una isla que emerge de las aguas del embalse de Iznajar, se asienta el caserío de la villa presidido, desde lo más alto, por la altiva figura de su castillo y de la iglesia de Santiago.

Aunque, según los restos encontrados, hubo presencia humana en este lugar desde muy antiguo, fue precisamente su castillo de origen árabe, donde comenzó la historia de Iznajar. De hecho el nombre de esta villa proviene de él, “Hisn-Ashar” que unos han traducido como castillo alegre o pendenciero y otros simplemente como el castillo de los Ashar. Las primeras noticias documentales datan de mediados del siglo IX, época en la que varias veces cambió de dueño quizás motivado por la excelente posición estratégica de su castillo, desde el que se dominaba las aguas del Genil. Fue tierra fronteriza estando sometida a frecuentes periodos de guerras durante la reconquista, es durante el reinado de Juan II a mediados del siglo XV cuando se produce la conquista cristiana definitiva. Pocos años después en 1468 Diego Fernández de Córdoba, conde de Cabra recibe el señorío de la villa bajo el título de Vizconde de Iznájar.

Mucha es la historia que encierran las viejas piedras de este castillo, desde que en el siglo VIII se construyeron sus primeras murallas, hoy solo queda un atisbo de lo que fue su altiva y recia presencia, con los restos de sus muros y sus cuatro torres que defienden las esquinas, destacando entre ellas la de más altura, la torre del homenaje. Adosada al castillo, y formando parte del mismo conjunto monumental, en el antiguo barrio de la Villa que corona la imagen de Iznajar, encontramos la iglesia parroquial de Santiago Apóstol. Este monumental templo construido a finales del siglo XVI en estilo renacentista, dispone de un espléndido campanario y su interior está formado por una gran nave abovedada, que acoge un impresionante retablo barroco. Muchas y bellas sorpresas me deparó mi paseo por las calles de esta villa medieval de Iznajar, ofreciéndome a cada paso rincones que para siempre guardaré en mi recuerdo y en mi álbum de fotos, restos de su antiguo trazado amurallado como la torre de San Rafael, el antiguo Zoco, que hoy se conoce como patio de las Comedias donde en otro tiempo se hacían representaciones teatrales, la hermosa fachada de la Casa de las Columnas, el antiguo pósito, donde hoy se haya la biblioteca, la iglesia de San José, la ermita de la Piedad y sobre todo sus miradores, el de las Peñas, el de las Tres Cruces, el de la Plaza Nueva, el de la Cruz del Postigo o el de la Cruz de San Pedro. Todos ellos son un remanso de paz desde los que deleitarnos con las vistas de las aguas de su embalse y del mar de olivos de sus cerros.