Más de setecientos años tiene la tradición mariana de este lugar, que en tiempos fue conocido como las rocinas,
por ser la zona por donde transcurre el arroyo de este nombre, situado al oeste de la desembocadura del Guadalquivir, que albergaba un bosque de impresionante belleza. Cuentan las crónicas que, alrededor de 1270, fue el Rey Alfonso X quién mandó levantar una ermita en este hermoso lugar, para que fuera venerada en ella la imagen de Nuestra Señora de las Rocinas. Contando con la protección de la virgen Alfonso X salió a pasear por los alrededores, descubrió su inmensa belleza natural, y el gran número de ciervos que disfrutaban de ella, por lo creó aquí un coto de caza que aún persiste, y que hoy conocemos como Coto de Doñana. Podríamos decir que Alfonso X fue el primer peregrino al Rocío y precursor de una de las romerías más famosas y multitudinarias de España, con hermandades repartidas por toda nuestra geografía que tras recorrer, a pie, a caballo, o en carreta el camino llegan al píe de la ermita, para en la madrugada del Lunes de Pentecostés saltar la reja y sacar a la “blanca paloma” al grito de viva la virgen del Rocío.
por ser la zona por donde transcurre el arroyo de este nombre, situado al oeste de la desembocadura del Guadalquivir, que albergaba un bosque de impresionante belleza. Cuentan las crónicas que, alrededor de 1270, fue el Rey Alfonso X quién mandó levantar una ermita en este hermoso lugar, para que fuera venerada en ella la imagen de Nuestra Señora de las Rocinas. Contando con la protección de la virgen Alfonso X salió a pasear por los alrededores, descubrió su inmensa belleza natural, y el gran número de ciervos que disfrutaban de ella, por lo creó aquí un coto de caza que aún persiste, y que hoy conocemos como Coto de Doñana. Podríamos decir que Alfonso X fue el primer peregrino al Rocío y precursor de una de las romerías más famosas y multitudinarias de España, con hermandades repartidas por toda nuestra geografía que tras recorrer, a pie, a caballo, o en carreta el camino llegan al píe de la ermita, para en la madrugada del Lunes de Pentecostés saltar la reja y sacar a la “blanca paloma” al grito de viva la virgen del Rocío.
Está primera ermita, que debió ser de estilo mudéjar y persistió, hasta que en 1755 el terremoto de Lisboa acabó con ella, trasladándose la virgen del rocío a Almonte hasta que concluyeron las obras de la nueva ermita. En varias ocasiones más ha sido sustituida la ermita de nuestra señora del roció hasta que entre 1964 y 1969 se construyó la que actualmente podemos contemplar.
Lo que impresiona de este lugar, no es la arquitectura de su ermita, es su extraordinaria belleza natural, son los sentimientos hacia la Virgen del Rocío, es la magia y la tradición que lo envuelve, que hace del rocío un lugar único, donde la brisa nos trae ecos de los cantos de coros de los romeros al acercarse al Rocío, rodeando marismas y atravesando arenales con sus pesadas carretas tiradas por bueyes.
En estos días de Agosto, podemos vivir la devoción y la tradición rociera en el llamado Rocío chico, que tiene su origen en una historia de hace más de doscientos años, cuando los almonteños, amenazados por las tropas francesas de que Almonte sería, saqueado, incendiado y sus vecinos degollados, pidieron ayuda a su patrona, la Virgen del Rocío, para que los protegiera. Desde entonces cada 19 de Agosto, se celebra el rocío chico donde agradecen la ayuda de la Virgen del Rocío y muestran su devoción.
INFORMACIÓN DE UTILIDAD
Oficina de información turística
C/ Alonso Pérez, 1
21750 Almonte (Huelva)
Tfno 959 45 15 03
Email: turismo@aytoalmonte.es
Cómo llegar
El tiempo
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