domingo, 18 de junio de 2017

Palacio de los Marqueses de Dos Aguas, Valencia


Partiendo de la plaza del ayuntamiento, me deje llevar por el devenir de las calles de Valencia. No paso mucho tiempo cuando una fantástica portada captó toda mi atención, dejándome paralizada por su belleza.
Al recuperarme de esta primera impresión, encontré a una simpática viejecita que me observaba con atención:

-¿Tú eres #Bevi la bellota viajera? – me dijo.

-Si soy Bevi, y ¿usted de que me conoce- le contesté?.

-Púes de que va a ser, del Facebook y de tu Blog. Todas las tardes viajo contigo.

Me sentí alagada, era la primera vez que uno de mis fans me reconocía por la calle. 

-¿Te gusta este palacio verdad?.

-Si el interior, está a la altura de esta portada debe ser maravilloso.

- Desde luego que lo está- dijo un poco indignada - Es el palacio del Marqués de Dos Aguas. ¿Si quieres te cuento su historia mientras lo vemos?

- Sería un placer, para mí.

Durante las horas en las que recorrimos cada una de las dependencias de este palacio y el interesantísimo museo de cerámica que alberga, muchas fueron las cosas que me contó. Me dijo que la historia de este palacio está unida al devenir de una familia los Rabassa de Perellós, que a pesar de su opulencia y poder económico no llegaron a la nobleza por nacimiento, sino cuando en 1496 compraron la baronía de Dos Aguas, que siglos más tarde Carlos II elevó a marquesado, en reconocimiento del buen hacer militar de Ramón Rabassa Perellós. Solo fue el principio de la grandeza de esta familia, diversos contratos mercantiles con oriente, el cobro de tributos de la Generalidad, y diversas alianzas matrimoniales, hicieron del apellido Rabassa Perellos, marqueses de Dos Aguas, sinónimo de la opulencia. Para demostrar al mundo este poderío, nada mejor que un palacio a la altura de la “nobleza” del apellido. En un primer momento los marqueses de Dos Aguas construyen una casona gótica, sobre los restos de lo que en su día debió de ser una necrópolis romana. Poco queda hoy de aquella primera construcción gótica, que en 1740 Giner Rabassa Perellós y Lanuza mandó transformar en el suntuoso palacio barroco que, en líneas generales, es el que se ha conservado hasta nuestros días. Quiso Don Giner que su palacio alcanzara la misma dignidad y altura que su persona, así que lo elevó hasta alcanzar las cinco pisos de altura, amplió su planta agrandando el vestíbulo, abriendo enormes salones y comedores, construyendo cómodas habitaciones, dotando todas las estancias con el mobiliario más lujoso y decoraciones realizadas por los mejores artistas del momento. Para despejar cualquier resquicio de duda sobre su riqueza y poder, dotó a su palacio de una impresionante fachada escultórica, diseñada por Rovira y realizada por Ignacio Vergara, en la que dos atlantes representan los dos grandes ríos de la comunidad valenciana, el Turia y el Júcar, bajo ellas, dos cantaros derraman agua, en clara alusión al marquesado que le da nombre, Dos Aguas. 

De muchas más cosas hablamos durante nuestra visita, mientras disfrutamos durante un rato del lujo y la ostentación de la que, generaciones de marqueses de dos aguas, gozaron toda su vida.

Me gustaría agradecer públicamente tu explicación, pero como me dijiste que no dijera tu nombre no lo haré.

  




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INFORMACIÓN DE UTILIDAD

Horario
De martes a sábado de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 h.
Domingo y festivos de 10:00 a 14:00 h.

Cerrado todos los lunes del año, 1 de enero, 1 de mayo, 24, 25 y 31 de diciembre y dos festivos locales.

Tarifas 
Entrada general: 3 € 
Entrada reducida: 1,50 € 
Tarjeta anual: 25 € 



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