Desde la altura de las almenas del Castillo de Olite pude contemplar por primera vez una esbelta torre gótica de la iglesia de San Pedro de Olite,
de más de cincuenta metros de altura rematada por una original aguja octogonal, tanto me llamó la atención que no tardé en ponerme manos a la obra para averiguar a qué edificio pertenecía tal alarde arquitectónico. Una de las guías del Castillo, aunque un poco sorprendida por el hecho de que una bellota se dedicara a hacer turismo, me informó de que esta torre era el campanario de la Iglesia de San Pedro Apóstol, la más antigua de Olite y que estaría encantada de mostrármela. Sin dudarlo acepté la proposición pues sabía que atendiendo a sus explicaciones, sería mucho más atractiva mi visita y me ahorraría bastantes horas de investigaciones para conseguir saciar mi curiosidad. Aunque el camino hasta la plaza del fosal donde se alza la Iglesia de San Pedro es corto, bastó para conocer algunos datos de su historia, tales como que comenzó a construirse en el siglo XII y que su pasado estuvo muy vinculado al monasterio de Montearagón en Huesca. Mientras caminábamos me contó que desde su construcción San Pedro adquirió el papel principal en la vida religiosa de Olite, dependiendo de ella las demás iglesias de la localidad, Santa María, San Bartolomé y San Miguel, evolucionando con el paso de los siglos para adaptarse a los gustos estéticos de cada época, hasta tal punto de que en su fábrica podemos distinguir desde el románico, hasta el barroco pasando por el gótico. Del siglo XII es su portada románica, en el siglo XIII se construyó el cuerpo inferior de su torre y el claustro adquiriendo formas cercanas al gótico-cisterciense, en el siglo siguiente, el XIV, se terminó la torre con su peculiar y característica aguja curva, ampliándose la iglesia a comienzos del siglo XVIII en estilo barroco. Cuando mi guía exclamó “Ya hemos llegado”, al alzar la vista me encontré frente a la pétrea belleza de la portada de la Iglesia de San Pedro, creí que había perdido el equilibrio, pues me pareció que el rosetón no estaba centrado con la portada. Me giré varias veces para asegurarme, hasta que mi guía lo advirtió y me aseguró que no era fruto de mi imaginación que efectivamente el rosetón estaba un poco desplazado del eje de la fachada, pero que este “defectillo” estaba merecidamente compensado con la belleza de los capiteles y del tímpano de la portada, y que el error era solo relativo, pues desde el interior la simetría era perfecta. Aunque no la creí en un principio, tuve que admitir que era cierto al comprobarlo en primera persona una vez dentro. No fue esta la única sorpresa que me deparó el interior de esta iglesia, también lo hicieron la monumentalidad de su enormes pilares cruciformes, la belleza de su retablo mayor y de las capillas del Santo Cristo o de la Virgen del Campanal.
de más de cincuenta metros de altura rematada por una original aguja octogonal, tanto me llamó la atención que no tardé en ponerme manos a la obra para averiguar a qué edificio pertenecía tal alarde arquitectónico. Una de las guías del Castillo, aunque un poco sorprendida por el hecho de que una bellota se dedicara a hacer turismo, me informó de que esta torre era el campanario de la Iglesia de San Pedro Apóstol, la más antigua de Olite y que estaría encantada de mostrármela. Sin dudarlo acepté la proposición pues sabía que atendiendo a sus explicaciones, sería mucho más atractiva mi visita y me ahorraría bastantes horas de investigaciones para conseguir saciar mi curiosidad. Aunque el camino hasta la plaza del fosal donde se alza la Iglesia de San Pedro es corto, bastó para conocer algunos datos de su historia, tales como que comenzó a construirse en el siglo XII y que su pasado estuvo muy vinculado al monasterio de Montearagón en Huesca. Mientras caminábamos me contó que desde su construcción San Pedro adquirió el papel principal en la vida religiosa de Olite, dependiendo de ella las demás iglesias de la localidad, Santa María, San Bartolomé y San Miguel, evolucionando con el paso de los siglos para adaptarse a los gustos estéticos de cada época, hasta tal punto de que en su fábrica podemos distinguir desde el románico, hasta el barroco pasando por el gótico. Del siglo XII es su portada románica, en el siglo XIII se construyó el cuerpo inferior de su torre y el claustro adquiriendo formas cercanas al gótico-cisterciense, en el siglo siguiente, el XIV, se terminó la torre con su peculiar y característica aguja curva, ampliándose la iglesia a comienzos del siglo XVIII en estilo barroco. Cuando mi guía exclamó “Ya hemos llegado”, al alzar la vista me encontré frente a la pétrea belleza de la portada de la Iglesia de San Pedro, creí que había perdido el equilibrio, pues me pareció que el rosetón no estaba centrado con la portada. Me giré varias veces para asegurarme, hasta que mi guía lo advirtió y me aseguró que no era fruto de mi imaginación que efectivamente el rosetón estaba un poco desplazado del eje de la fachada, pero que este “defectillo” estaba merecidamente compensado con la belleza de los capiteles y del tímpano de la portada, y que el error era solo relativo, pues desde el interior la simetría era perfecta. Aunque no la creí en un principio, tuve que admitir que era cierto al comprobarlo en primera persona una vez dentro. No fue esta la única sorpresa que me deparó el interior de esta iglesia, también lo hicieron la monumentalidad de su enormes pilares cruciformes, la belleza de su retablo mayor y de las capillas del Santo Cristo o de la Virgen del Campanal.
Se despidió en este momento mi acompañante pues tenía que seguir atendiendo a los demás visitantes, aunque un buen número de ellos se habían sumado a nosotros, no sé si atraídos por la historia o por lo insólito de mi presencia. No obstante antes de marcharse me indicó que visitara el interior del claustro, así lo hice y tal como me indicó quede fascinado de su sencilla belleza.
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HORARIOS
Todo el año: acceso 30 minutos antes de las misas:
Misas del 17 de abril al 12 de septiembre:
De lunes a sábado, a las 19:00.
Domingos y festivos religiosos, a las 10:00 y 12:30.
Misas del 13 de septiembre al Domingo de Resurrección:
Domingos y festivos religiosos, a las 10:00 y 12:30.
PRECIOS
Entrada gratuita.
LOCALIZACIÓN Y CONTACTO
C/ El fosal, 2
31390, Olite (Navarra)
Tfno: 948 74 00 56
OFICINA DE INFORMACIÓN TURÍSTICA
Plaza de los leobaldos,10
31390 Olite (Navarra)
Tfno: 948 74 17 03
Email: oit.olite@cfnavarra.es
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