Rodeada de un paisaje espectacular, en el que las montañas, el agua y la naturaleza son protagonistas, Potes se muestra ante nuestra mirada como uno de los municipios más atractivos de Cantabria,
mostrándonos su historia a cada paso que damos por sus calles a través de su rico patrimonio. Aunque no han quedado restos visibles que lo testifiquen, todo hace pensar que este territorio fue habitado desde muy antiguo. Las primeras menciones documentales que han llegado hasta nosotros datan de mediados del siglo IX, durante la repoblación llevada a cabo por el Rey Alfonso I de Asturias, en el que es llamada “Pautes” en mención de los puentes que en esta villa se encontraban. Pero no sólo sus puentes, de los que el de San Cayetano es muestra, han dado fama y prestigio a Potes, también lo han hecho sus torres, la más famosa de ellas es la llamada Torre del Infantado, aunque no podemos olvidar la de Orejón de la Lama, la de Osorio, la de Calseco, ni la de Linares. Durante varios siglos fueron estas unas tierras de señorío, gobernadas por un conde y que pertenecieron a Don Tello, hijo de Alfonso XI. Al igual que el resto del Valle de Liébana, Potes se vio envuelto en la disputa que mantuvieron los Manrique-Castañeda con los Mendoza, resuelta por Juan II en favor de los Mendoza, Marqueses de Santillana. Fueron precisamente los Marqueses de Santillana quienes hicieron de esta localidad, la capital de todo el Valle de Liébana. Más tarde Potes quedaría en manos de los Duques del Infantado, no siendo hasta principios del siglo XIX cuando adquiere ayuntamiento propio. Uno de los sucesos más tristes de Potes se produjo durante la Guerra Civil, cuando uno de los bandos de esta confrontación provocó un incendio que destruyó gran parte de su casco histórico. Afortunadamente fue reconstruido, pudiendo hoy pasear por sus calles llenas de encanto, donde la piedra y la madera se hace protagonista en sus construcciones, desde las más importantes hasta las más populares. Como es lunes, en su plaza se celebra el tradicional mercado, cuyo origen se pierde en las raíces de la historia, en el que podemos encontrar todo tipo de productos típicos de la zona.
mostrándonos su historia a cada paso que damos por sus calles a través de su rico patrimonio. Aunque no han quedado restos visibles que lo testifiquen, todo hace pensar que este territorio fue habitado desde muy antiguo. Las primeras menciones documentales que han llegado hasta nosotros datan de mediados del siglo IX, durante la repoblación llevada a cabo por el Rey Alfonso I de Asturias, en el que es llamada “Pautes” en mención de los puentes que en esta villa se encontraban. Pero no sólo sus puentes, de los que el de San Cayetano es muestra, han dado fama y prestigio a Potes, también lo han hecho sus torres, la más famosa de ellas es la llamada Torre del Infantado, aunque no podemos olvidar la de Orejón de la Lama, la de Osorio, la de Calseco, ni la de Linares. Durante varios siglos fueron estas unas tierras de señorío, gobernadas por un conde y que pertenecieron a Don Tello, hijo de Alfonso XI. Al igual que el resto del Valle de Liébana, Potes se vio envuelto en la disputa que mantuvieron los Manrique-Castañeda con los Mendoza, resuelta por Juan II en favor de los Mendoza, Marqueses de Santillana. Fueron precisamente los Marqueses de Santillana quienes hicieron de esta localidad, la capital de todo el Valle de Liébana. Más tarde Potes quedaría en manos de los Duques del Infantado, no siendo hasta principios del siglo XIX cuando adquiere ayuntamiento propio. Uno de los sucesos más tristes de Potes se produjo durante la Guerra Civil, cuando uno de los bandos de esta confrontación provocó un incendio que destruyó gran parte de su casco histórico. Afortunadamente fue reconstruido, pudiendo hoy pasear por sus calles llenas de encanto, donde la piedra y la madera se hace protagonista en sus construcciones, desde las más importantes hasta las más populares. Como es lunes, en su plaza se celebra el tradicional mercado, cuyo origen se pierde en las raíces de la historia, en el que podemos encontrar todo tipo de productos típicos de la zona.
Otro de los encantos de Potes que no debemos de olvidar es su gastronomía, en el que el cocido Lebaniego es su estrella, a base de garbanzos, cecina, embutidos y berza, un plato contundente, que podremos completar con un chupito de su famoso orujo, para afrontar un día de frío otoñal al abrigo de las montañas.
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INFORMACIÓN DE INTERÉS
Oficina de información turística
Independencia, 30
39570 Potes (Cantabria)
Tfno: 942 730 787
Como llegar
El tiempo
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