“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.” Estas son las primeras líneas de un libro que seguro os resulta conocido, Platero y Yo de Juan Ramón Jiménez. Os preguntaréis que hace Bevi, la Bellota Viajera, hablando de literatura, no es que haya cambiado de afición, es que mi destino de hoy está íntimamente ligado a este libro y a su autor. Viajamos hoy hasta Moguer, localidad natal de uno de los mejores escritores de nuestro país, que llegó a ser galardonado con el premio Nobel de literatura en 1956.
Moguer es un municipio andaluz de la provincia de Huelva cargado de historia y cultura. Iglesias, conventos y monasterios llenan sus calles. El origen de Moguer se pierde en el confín de los tiempos, pues hay evidencias de que estas tierras estaban habitadas durante la prehistoria, luego vendrían tartesios, romanos y árabes, hasta que la orden de Santiago las incorporó al reino de Castilla. Pero el momento más próspero de la villa llegó bajo el dominio de los Portocarretero, prosperidad que aumento más aún con el descubrimiento de américa. Tuvo mucho que ver Moguer en esta hazaña, pues aportó una de las naves de este primer viaje al nuevo mundo, la Niña, además de muchos de los marineros que se embarcaron en esta aventura.
Un recorrido por sus calles, nos irá descubriendo a cada paso todo el patrimonio histórico y artístico de esta ciudad onubense, la ermita de San Sebastián, la Fuente Pinete, el convento de San Francisco, la capilla del Corpus Cristi o los restos de su Castillo almohade del siglo XIV, son algunos de ellos. Como parte integrante de este patrimonio destacaré, el monasterio de Santa Clara, la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Granada y la Casa museo de Juan Ramón Jiménez, que merecen una pausa en nuestro recorrido.
El monasterio de Santa Clara está incluido dentro del conjunto histórico-artístico “Lugares colombinos”, fue fundado por los primeros señores de Moguer, Don Alonso Jofre Tenorio, almirante Mayor de Castilla y su mujer Elvira Alvaréz en el año 1337. La iglesia de este monasterio fue la escogida por Cristóbal Colón para realizar sus oraciones la noche del 16 de marzo de 1493 a su regreso del viaje que supuso el descubrimiento de américa. En la actualidad recorrer sus patios y dependencias es pasear por uno de los ejemplos más importantes del arte mudéjar en Andalucía.
La parroquia de Nuestra Señora de la Granada tiene el honor de ser el templo religioso de mayores dimensiones de la provincia de Huelva. La iglesia que podemos contemplar en la actualidad data del siglo XVIII, pues el terremoto de Lisboa redujo a ruinas el antiguo templo mudéjar que se levantaba en este mismo lugar. De esta antigua parroquia mudéjar solo sobrevivió su torre, aunque como podemos comprobar con añadidos decorativos de cerámica y ladrillo que pretendían asemejarla a la Giralda de Sevilla; y a juzgar por las palabras de Juan Ramón Jiménez lo consiguieron pues dijo “la torre de Moguer de cerca, parece una Giralda vista de lejos".
Con las palabras de Juan Ramón Jiménez llegamos a la última parada de nuestro recorrido de hoy, que será precisamente la casa del escritor en la que pasaría la primera parte de su vida, desde los dos a los veinte años. Con la ayuda de su mujer Zenobia, esta edificio se convirtió en la casa museo Zenobia y Juan Ramón Jiménez cuyo recorrido nos acerca a la vida cotidiana del escritor, a través de sus objetos personales, de sus libros, de sus imágenes …
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